Hoy ha tenido lugar en el Parlamento Europeo una reunion conjunta de las comisiones de Empleo y Asuntos Jurídicos en materia de adopciones ilegales de niños procedentes de Ucrania.
La eurodiputada de VOX, Margarita de la Pisa, ha saludado con satisfacción esta iniciativa parlamentaria, explicando que en muchos casos se trata de instituciones completas de niños que ya eran huérfanos antes de la guerra y que ahora huyen acompañados de sus tutores o responsables.
Por ello, dependen legalmente del gobierno de su país, concretamente del Ministerio de Educación, y su intención es regresar cuando sea posible.
Por su parte, sus tutores ven con miedo que, en los países de acogida, se les proponga inmediatamente la adopción, lo que supone que no puedan controlar su destino; tanto es así que temen incluso llevarles al médico.
En consecuencia, debemos ser respetuosos con el planteamiento y no forzarles.
Otras veces, añadió la representante del grupo ECR, se trata de menores no acompañados, de los que se desconoce cómo es la situación actual de sus padres o familiares. El caso es especialmente difícil cuando son niños pequeños, que no pueden suministrar ninguna información adicional. Se da la situación de que los padres escriben sus nombres sobre el cuerpo de sus hijos por si en caso de caos resultan deslocalizados.
El primer paso, en opinión de la política española, es garantizarles una identidad; es necesario un registro tanto en el consulado de Ucrania como en el país o municipio de destino, con información bien recogida, incluyendo su fotografía, huellas dactilares, nombre de sus padres, hermanos, origen, fecha de nacimiento, situación familiar, trazabilidad, etc.
Es preciso asegurarse de que existe un adulto responsable de cada niño, así como mantener los datos de contacto con sus tutores y establecer encuentros periódicos. Asegurar la identidad pasa también por medidas de seguridad sencillas pero muy eficaces, como por ejemplo proporcionarles una chapita colgada o una pulsera.
Por lo que respecta a su destino, en principio todos entendemos que donde mejor está un niño es bajo el amparo de una familia, con un padre y una madre, con otros niños, donde reciba un cariño y una estabilidad. Pero precipitar las decisiones, en opinión de Margarita de la Pisa, puede poner en riesgo un buen resultado; es preferible plantear poco a poco la acogida temporal en familias, cuidando de mantener unidos a hermanos o relaciones de afecto existentes.
El tiempo nos dará más información sobre la evolución de la guerra y los siguientes pasos a dar en materia de acogida y adopción de estos niños. Es importante, por el momento, mantener los vínculos ya existentes, que no suponga otro desarraigo para el menor.
Los protocolos excesivamente rígidos, planificados de antemano, pueden llevar a tratar a personas sin la dignidad que merecen. Es importante recoger las necesidades personales y atenderlas, sobre todo cuando existe una enfermedad o discapacidad.
Análogamente, han dado muy buen resultado programas específicos para niños con cáncer que han sido recibidos en hospitales españoles para poder seguir recibiendo el tratamiento.
Por lo que se refiere específicamente a la adopción se deben agotar todas las posibilidades antes de recurrir a ella; es preferible ante todo intentar la reunificación familiar. En el caso de haber perdido a sus padres, cumple buscar a otros parientes.
No obstante, si finalmente se decidiese que los niños han de ser adoptados, las familias de acogida no deberían quedar excluidas del proceso de adopción; al contrario, deberían incluso gozar de prioridad, por existir ya una relación. Escuchar al niño es igualmente importante en dicho proceso.
Finalmente, la eurodiputada solicito a la Comisión Europea, presente en la reunión, que aporte datos actualizados sobre el número de niños en estado de orfandad en Ucrania y sobre el registro de niños ucranianos en los distintos estados de acogida, especialmente los no acompañados, con el fin de que el parlamento pueda disponer de criterios objetivos para desarrollar la protección de todos esos menores.