La eurodiputada de Vox-ECR en la comisión de Empleo y Asuntos Sociales, Margarita de la Pisa, ha intervenido en relación con las condiciones de trabajo y salarios de los trabajadores esenciales.
Margarita ha comenzado su intervención recordando que, en los distintos Estados miembros, el porcentaje de trabajadores esenciales oscila entre el 35 y el 50% del total. De ellos, las mujeres representan el 46% de dichos trabajadores esenciales, lo que constituye un porcentaje bastante igualitario con relación a los hombres.
A continuación, la representante de Vox ha apoyado expresamente que se haga un esfuerzo por garantizar unas condiciones óptimas a estos trabajadores, que gozan de una vocación de entrega y servicio a los demás, imprescindible para nuestra seguridad y nuestras vidas.
De gobernar Vox, las leyes nacionales les ampararían. Por el contrario, la Sra. de la Pisa manifestó estar sorprendida de que, en algunos países de Europa, no siempre estén remunerados en coherencia con su compromiso, especialmente teniendo en cuenta que, en muchos casos, su contratación corresponde precisamente al sector público.
La eurodiputada conservadora recordó a las autoridades europeas que, en España, el Tribunal Constitucional declaro contrario al ordenamiento jurídico nada menos que las dos medidas de confinamiento impuestas por el Gobierno social-comunista a la ciudadanía. A pesar de que ello ocasiono el cierre de miles de empresas, cargando sobre los sectores esenciales todo el peso del país y provocando una sobreexposición de dichos trabajadores, en contra de su salud mental y con absoluto desprecio a sus condiciones laborales, nada de todo ello ha merecido reproche alguno por parte de las sesgadas instituciones de Bruselas. El varapalo del Estado de Derecho al gobierno izquierdista de Sánchez no ha sido advertido sorprendentemente por las clases dirigentes de la actual Unión Europea. No es lo mismo con otros países, menos proclives a las jerarquías eurócratas…
Afortunadamente, en los días más duros de la pandemia, la profesionalidad y entrega de cada uno de esos trabajadores esenciales, dando de sí más allá de lo que les correspondía laboralmente hablando, amortiguo el drama y la desorganización a nivel institucional.